Con el chico de la limpieza
Relato enviado por Angel
Hola mi nombre es Angel, no es mi nombre verdadero, pero la historia que voy a contar si lo es. Me sucedio en los baños de un instituto de investigaciones en Mexico D.F. Estuve asistiendo a este lugar como personal de apoyo durante una semana para un curso que estaba impartiendo la empresa para la que trabajaba. En realidad mi labor sólo era sentarme en la parte de atrás de la sala y esperar a que los asistentes al curso tuvieran algún problema con su computadora para ayudarlos a resolverlo y así no atrasar al instructor. Para mi suerte esto casi no sucedía, de manera que yo prácticamente iba sólo a descansar.
El segundo día del curso como a media mañana salí al baño mientras el instructor explicaba un tema. El baño se encontraba a unos cuantos metros saliendo de la sala pasando por un pasillo, y justo antes de entrar al baño ví a un chico de los que trabajan para las empresas de limpieza haciendo sus labores en las oficinas que ese encontraban pasando el pasillo.
El chico tenía como entre 18 y 20 años, era delgado, de facciones afiladas, media como 1.70 mts. cabello negro lacio pero abundante, sos ojos grandes y con las pestañas medio rizadas y de tez blanca pero de esa piel que tiende a ponerse rosadita. Vestía su uniforme y como siempre les dan unas tallas más grande no se veía muy bien definido su cuerpo, pero como llevaba el pantalon fajado al estilo de los skatos (abajo de la cadera y su ropa interior de fuera) pude notar que tenía las caderas afiladas y escurridas justo como me gusta.
Me detuve a observarlo por unos segundos, tiempo suficiente para que él lo notara y ví claramente como se puso algo nervioso y trato de esquivar mi mirada, pero luego volvió a buscarla de nuevo como para asegurarse de ser él a quien estaba mirando. Entré al baño, hice lo mío, terminé y salí normalmente como si nada, pero antes de que entrara a la sala del curso volví la mirada para verlo de nuevo y lo atrapé viéndome desde el otro lado del pasillo, aunque él nuevamente esquivo mi mirada. Pero con eso fue suficiente para que me diera cuenta de que podría buscar algo con él.
El siguiente día más o menos a la misma hora noté que el chico estaba limpiando unas puertas de cristal que se encontraban justo afuera de la sala del curso, de manera que podía ver hacia adentro ya que la puerta se encontraba abierta. Decidí ponerme junto a la puerta y observarlo hacer sus labores. De cuando en cuando él respondia a mi mirada y yo aprovechaba para tocarme el paquete mientras el se quedaba mirando como lo hacía. Para mi suerte en ese momento el instructor inició un tema que llevaría como 45 minutos explicarlo antes de hacer ejercicios, por lo que le hice una seña dándole a entender que iría a tomar un café.
Sali entonces de la sala y ví al chico, que ya había terminado con los cristales, limpiando la entrada del baño por lo que decidí preguntarle si podía entrar, a lo que él con pena y notablemente nervioso respondió que sí. Eso era lo que más me llamaba la atención de él, su aire de inocencia, de esos chavitos que no son muy sociables y que por su edad y poca experiencia te dejan llevarlos de la mano por los placeres sexuales y te permiten experimentar lo que quieras con ellos.
El caso es que entré al baño y a los pocos segundos el detrás de mí pude notar que no había nadie y me quedé parado junto a los lavamanos como si me estuviera lavando mientras él hacia como que limpiaba detrás de donde yo estaba. Pero más bien me estaba viendo por el espejo. Entonces fui directo y le pregunte: "Te gusto?", a lo que él, con voz entre risueña y nerviosa, respondió que sí.
Eso me puso al 100 y sin pensarlo le pregunté que si lo habia hecho antes con alguien más. El dijo que sólo una vez, así que le pregunté si le gustaría tener algo conmigo, y mientras lo hacía me comencé a tocar la entrepierna. Él se quedó viendo cómo lo hacía y después de unos segundos de duda y con su mirada tímida me dijo que sí.
Sacó entonces de una bodega uno de esos letreros que prohíben el paso cuando se esta limpiando el baño, lo puso en la entrada y cerró la puerta, de manera que tendríamos el baño para nosotros solos por un buen rato.
Se acercó a mí, yo me recargue de los lavamanos y comencé a besarlo, se notaba su falta de experiencia, pero eso es mucho mejor, porque así puedes enseñarles a hacer las cosas como a ti te gusta. Se supone que debería describirme, pero no lo haré por completo para que me imaginen como les guste, sólo dire que soy alto (1.80 mts), de tez blanca y que mi pene erecto mide 17 cms y que es bastante grueso.
Continuando, mientras nos besábamos pude comprobar que él sí era muy delgado, pues con mis manos comence a recorrer su cuerpo desde su espalda hasta sus piernas, pasando por su pecho, su estómago y su trasero. Lo separé un poco de mi para quitarle la camisa del uniforme descubriendo un hermoso cuerpo lampiño de piel suave y rosada. Seguí entonces besando sus hombros, bajé hasta su pecho y comence a morder y lamer sus tetillas mientras que con mis manos recorría su espalda, sus caderas y apretaba sus nalgas por encima del pantalon. Mientras él con sus manos agarraba mi pene totalmente erecto también por encima del pantalón. Se veía que estaba exitadísimo, yo le preguntaba que si le gustaba y que si se dejaría hacer lo que yo quisiera, y él con su carita de placer me decía que sí, que le gustaba mucho.
Después de un rato de estar así, fui yo quien decidió quitarse la camisa pues él no se decidia a hacerlo. Después con mi mano llevé su cabeza hacia mi pecho indicándole hacer lo mismo con mis pezones. Mientras esto sucedía bajé el cierre de mi pantalón, saqué mi verga completamente erecta y la puse en sus manos para que jugara con ella, cosa que por lo visto él si sabía hacer muy bién, se notaba que le gustaba jalarle el cuello al ganso.
El chico era muy buen aprendiz pues hacía lo que le pedía tal como lo había hecho yo con él, mordisqueando primero mis pezones ligeramente con los dientes y pasando rápidamente la punta de la lengua después. Aflojé entonces su cinturón y deje caer sus pantalones, quedando al descubierto unas piernas delgadas y con poco vello que me encantaron. Además de que el chico traía un boxer de algodón suave que ya tenía una tremenda carpita, su pene no era muy ancho aunque sí algo largo como de unos 15 cm.
Mientras el seguía con su tarea en mis pezones comencé a masajear sus nalgas con ambas manos o con una mientras lo masturbaba con la otra. Sinceramente yo prefiero las nalgas pequeñas, me excita mucho cuando puedes agarrar cada una completamente con una mano y masajearlas por separado, y era exactamente lo que estaba haciendo con él: agarrándolas y masajeándolas a mi gusto.
Después acerque el dedo medio de mi mano derecha a su boca para que lo chupara y mientras con la otra mano estaba preparando su orificio para introducir mi dedo. Él lo entendió, de manera que abrió las piernas hasta donde sus pantalones se lo permitían, así que acerqué mi dedo recién lubricado con su saliva a su ano y poco a poco lo fui introduciendo mientras disfrutaba viendo su rostro estremecerse al sentir esto.
Él verdaderamente lo estaba disfrutando. Le pregunté que si le gustaba y el asintió con la cabeza mientras cerraba sus ojos. Aproveché para acercarme a sus labios y continué urgando en su orificio mientras lo besaba y urgaba con mi lengua en su boca. Decidí entonces sacar mi dedo de su ano y le dije que nos quitaramos los pantalones y la ropa interior, pero le pedí que se quedara con los zapatos puestos con el argumento de que no se nos fueran a enfriar los pies, pero mas bién es porque me gusta coger con los zapatos puestos, no sé porqué pero me excita: es como mi fetiche.
Le pregunté que si le habían hecho un beso negro y el respondió que no, que sabía que era, pero no se lo habían hecho. Así que le pedí que se volteara y que se recargara del lavamanos, me agaché detras de él, separé sus piernas lo suficiente y comence a besar y lamer sus nalgas, a lo que el respondió con leves gemidos indicándome que lo estaba disfrutando. Poco a poco me fui acercando a su orificio el cual estaba con poco bello y rosadito, separe sus nalgas con mis manos y desde donde terminan sus huevos recorrí lentamente pasando por su orificio hasta llegar a donde termina su espalda. Repetí esto varias veces presionando cada vez más hasta que logré introducir la punta de mi lengua en su ano y estuve jugando con el durante un rato mientras con mis manos acarciaba sus piernas, pantorrillas y sus nalgas, además de meter de nuevo mi dedo en su ano de vez en vez.
Despues le pedí que se inclinara para que me la mamara a lo cual el accedió inmediatamente. Se puso de rodillas sobre su pantalón y yo acerqué mi verga a su cara mientras me masturbaba, él saco su lengua para recibirla poco a poco y así la fui introduciendo casi por completo Después tomé su cabeza con mi mano derecha para empujarla suavemente al ritmo en que movia mis caderas mientras con la otra mano recorría sus labios que rodeaban mi verga mientras ésta entraba y salía al mismo ritmo de su boca. A veces yo no me movía para verlo a él tragársela solito y a veces detenía su cabeza con mis manos para envestir su boca con mis movimientos como si lo estuviera cogiendo.
Le pedía que sacara la lengua y yo jugaba dándole pequeños golpes con la punta de mi verga. Era muy exitante estar viendo esta escena en el espejo ya que estabamos de perfil hacia él. Ademas él era muy obediente y accedía a todo lo que yo le pedía. Le dije que sería rico poder penetrarlo, pero que yo no llevaba condones para hacerlo. Él de inmediato se saco mi verga de la boca y busco en su pantalon de donde saco un un condón. Se puso de pie y mientras me lo daba dijo: metémela por favor! la tienes grande y quiero saber que se siente tener una así adentro. Después de lo cual se volteo y se apoyó en el lavamanos, pero yo le dije que así no lo haríamos. Lo volteé hacia mí de nuevo, lo cargué mientras lo besaba y lo senté en los lavamanos, así seguí besándolo mientras recorría sus piernas con mis manos. Tome sus pantorrillas y poco a poco fui levantándolas hasta quedar a la altura de mis hombros. Lo recosté hacia atrás y fui bajando con mis labios hasta llegar de nuevo a su orificio. Era muy excitante ver en el espejo sus piernas sujetadas de los tobillos por mis manos y con sus zapatos puestos, que más bién eran como botas mineras negras.
Lamí su orificio hasta dejarlo bien lubricado y me coloqué el condón, después abrí sus nalgas y poco a poco fui introduciendo mi verga todo lo que pude, pues su cara reflejaba dolor. Lo hice lentamente hasta que él me dijo que el dolor había pasado y entonces comencé a darle lentamente mientras él gemía muy rico. Pellizcaba sus tetillas, agarraba sus nalgas abriéndolas lo más que podía, las masajeaba, recorría sus piernas con mis manos y las besaba. Así estuvimos como 10 minutos y le dije que quería venirme en su cara y no dentro de él. Y el accedió a hacerlo, así que se la saqué, le pedí que se sentara sobre su pantalón con la cara hacia arriba y comencé a masturbarme con una mano mientras que con la otra recorría su cara. Él simplemente me veía con mucha exitación esperando a que le indicara que cerrara los ojos mientras que se masturbaba y tocaba sus tetillas. No pasó mucho cuando empecé a venirme y él cerro sus ojos y labios y así pude venirme deliciosamente sobre su rostro el cual quedó bañado en de mi leche desde la frente hasta el cuello. Al mismo tiempo su exitación fue tanta que también terminó por venirse sobre su ambdómen. Yo aproveché para tomar con mi mano su leche y la mía y untarla sobre su pecho, mientras lo besaba. Después le pasé papel para que se limpiara todo el semen que tenía. Nos vestimos de nuevo y nos dimos un gran beso. Me dijo que él saldría primero y que esperara un par de minutos antes de salir para que no se viera que estabamos juntos en el baño. Nos despedimos con un gran beso. Me termine de arreglar y finalmente salí y regresé a la sala del curso relajado y tranquilo como después de haberme tomado un excelente café. El curso sólo duró un par de días más, pero ya no hubo oportunidad de hacerlo de nuevo excepto por un día en que entré al baño y él me vió y entró detrás de mí. Pero como lo habían mandado a hacer la limpieza de otro piso sólo pudimos besarnos y masturbarnos rápidamente.
Espero les haya gustado esta deliciosa experiencia que tuve.